domingo, 16 de mayo de 2010

Nuevos textos

Después de casi 6 meses sin publicar nada, por falta de inspiración, adjuntounos nuevos textos, producto de la clase de Escritura Creativa con Inés de Mendonca en la escuela superior de creativos publicitarios.

Espero que lo disfruten mil :)

La casa de la ¿?

Si mira con cuidado, apreciará que esta no es una casa como cualquiera. A simple vista tal vez así parezca, pero no, esta casa nos refleja. Tal vez sea así porque usted es como nosotros y nosotros, bueno, nosotros somos un ejército de genios, o de locos, o ambas. Y queremos que se una a nuestra fraternidad, y que viva, duerma, coma y conspire aquí, con nosotros. Prosigamos. Como habrá notado al entrar, nada aquí fue librado al azar. ¿Acaso cree Ud. que el color púrpura y los espejitos de por aquí están donde están por que quedan bien? Ya verá, los enemigos siempre están al acecho y acá tenemos que estar bien preparados, hay que verlos venir. Cualidades como las que Ud. posee no pueden estar desprotegidas, no señor. Por eso tenemos todo tipo de defensas, ya las irá viendo. Mire, esta sala de por aquí es donde comemos. Generalmente guisos y fideo, aunque ocasionalmente podrá degustar ojitos en escabeche o colas de ranita fritas. Y siempre lo hacemos juntos, excepto los que vigilan, que obviamente están en la puerta y en el mirador. Usted ocupará, si desea unirse, un lugar privilegiado, tendrá hasta cuarto propio. Acompáñeme, está al final del pasillo. ¿Le gusta? Mire, mire, ¡en ningún lugar estará más protegido! Le damos misiles en la ventana y hasta un gromholn de protección que siempre lo acompañará a todos lados. Estos que están aquí –esta sala se llama sala de Susurros- serán sus compañeros. Ahora están planeando un ataque en las alcantarillas para el mes de Julio. ¿Querrá acompañarnos? Yo creo que si. Yo creo que podrá, podremos, hacer grandes cosas. Y que este hogar será su hogar. Genial. Ahora, ¿qué tal si tomamos una taza de té de opio, y celebramos esta efeméride?

Déjate caer

No hay océano sin paz y la paz, a veces, es un océano. Una eternidad insondable, de silencio ruidoso, de frío, de vida y de vacío. La vastedad, el agua que corre por tus venas, pura, a mansalva. El choque, la patada, y después, la calma. No hay océano sin paz, la paz, el océano... Nada como ahogarse lentamente en el océano del ser, sentir con violenta tranquilidad las ataduras que te oprimen el pecho… Luego, la insurrección. La inspiración violenta, el eslabón que apunta al provenir: los peces perennes, las algas oscilantes, un barco que se hunde al infinito. Un hombre que grita en la oscuridad y se deja llevar, su sangre, el agua, las algas, los peces, vos, solo, acompañado de la infinitud, la aplastante oscuridad. Es la vuelta al vientre, la muerte, que es vida. La caída no termina y al fondo hay luz... la terrible luz de un océano en nuevamente en paz.

corazón valiente

Late. Late agazapado, adentro tuyo, ansioso, acelerado. Late, y si lo parás no hay vuelta atrás, así que… ¡liberalo! Dejalo fluir, como una fuerza arremolinada en el epicentro mismo de tu ser. ¡Dejalo que te convulsione, que te rompa en mil pedazos! ¡Dejalo que te vacíe de emoción y luego te tire al abismo! ¡Entregate, furioso y enajenado a la pasión que brota de tu garganta! ¡Pegate, pegame, matate, matame! ¡No vaciles más! Te ves, acá, en tu versión más carnal, más primitiva, ¡no te tirés para atrás! ¡Dejá de pensar y empezá a ser! Sentite en cada célula como el animal que sos, abrite paso entre los barrotes de tu jaula, corré hacia la libertad. Olvidate del pasado y no pienses más en el futuro. ¡Corré, corré, corré!










Late. Y en vos está dejarlo salir.

Soy o Estoy

Soy Mariana Radisic. ¿Qué soy? Soy lo que pienso y soy lo que siento. Soy materia y esencia, una posibilidad en infinitas, los que amé y los que odié, mi niña y el adulto pujante. Soy la responsabilidad y la corazonada. Soy la que anhela un cambio para bien y soy la que lucha para lograrlo. Soy el sur, el norte, los meridianos. Voy pateando y cambiando mis rumbos, siempre para adelante. Soy Latinoamérica, y, de a ratos, soy Europa. Tengo a la naturaleza por madre y a un mundo feroz por padre. Soy el nombre que otra mente pensó para mí y también soy los nombres que les dí a las cosas. Soy los miedos y las esperanzas de una generación arrebatada. La que no calla, la que entiende que las palabras a veces están de más. Soy las promesas incumplidas y la lucha por cumplirlas. Soy la dicotomía entre inteligencia y felicidad, soy los fantasmas de los amigos perdidos. Soy un mate a las cinco y un abrazo cuando las lágrimas caen. También, a veces, soy la inexperiencia, el dolor, un barco que parte. Puedo ser la decepción, una tristeza. Puedo ser motivo de llanto y de carcajadas. Y descubrí que eso no es malo y que mientras busque ser un buen ser, nada me va a tumbar. Pues soy la puja entre el bien y el mal, mi lado humilde y mi soberbia, mi cabeza y mi alma y cuerpo.
Soy lo que soy, y lo que soy, no se define por lo que hago. ¿Cuántas personas allá afuera hacen sin sentir, encierran sus pensamientos, aíslan su ser, su esencia? Tantas almas que perdieron su rumbo, y yo, Mariana, tan fuerte y tan débil, gris y blanca y negra busco el mío, alejándome del rebaño y del pastor, y siempre enfilando hacia un mañana mejor.